Factores propios de las máquinas tragamonedas

Las máquinas tragamonedas y otros juegos de azar han sido diseñados para maximizar la probabilidad de que la persona continúe su respuesta de juego. Desde luego no se trata de culpabilizar ni responsabilizar a las máquinas o sus programadores, sino de mencionar cómo la dinámica de su funcionamiento está contribuyendo a que la conducta de juego resulte tan resistente a la extinción de esta conducta.  Algunos de los factores influyentes en este hecho son los siguientes:
  • El intervalo de tiempo que transcurre desde la apuesta hasta el resultado es corto.
  • El premio va acompañado de estímulos discriminativos (como luces, música y excesivo ruido al caer las monedas en la bandeja metálica). Los estímulos discriminativos van a servir en lo sucesivo de señal para indicar la presencia de premio, es decir, van a llamar la atención del jugador y de todos los presentes en el establecimiento.
  • Claves que van a facilitar la percepción ilusoria de control, como son el apretar un botón, accionar una palanca, escoger cartón o décimo, etc.
  • Se puede jugar cuantas veces se desee, sin limitación en número de partidas ni recordatorio de tiempo o dinero invertido.
  • Que se pueda jugar solo, no depende de un contrincante, no hay que competir con nadie, excepto con el azar.
  • El premio dado es muy grande en relación a las pequeñas apuestas.
  • El premio es entregado en moneda pequeña, probablemente para aumentar la algarabía de las monedas al caer en la bandeja, y para crear la ilusión de la magnitud del premio.
  • El tiempo necesario para jugar una sola partida disminuirá la resistencia a jugar.
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