La familia y la ludopatía

El juego no solo afecta al jugador. La familia de este, sus seres mas cercanos, son también victimas del problema: los problemas económicos les afectan directamente, y su vida familiar se deteriora tanto que llega en muchos casos hasta la ruptura. El impacto del juego en la familia del jugador varia mucho de unos casos a otros; vamos a comentar los efectos mas comunes. Al igual que el jugador atraviesa varias fases en su proceso de deterioro, la familia pasa también por varias etapas. Estas etapas son vividas principalmente por los cónyuges (padres, hijos):

Fase de Negación: El familiar (esposa generalmente) cree (y quiere creer) que se trata de algo pasajero y de escasa importancia, de una diversión temporal, o que es la propia
forma del jugador/a de relajarse o de entretenerse, que el paso del tiempo lo resolverá. Hay una activa desatención, a veces hay una preocupación ocasional por el juego, pero se tiende a ignorar el problema; incluso se acepta el incremento del juego sin poner resistencia.

Fase de Estrés: Cuando las dificultades económicas son evidentes, las facturas tardan en ser pagadas, la ausencia del jugador/a es frecuente y la interferencia del juego en la vida familiar se hace patente, la fase de negación se acaba, y pasa a convertirse en un sentimiento de rechazo y desilusión. Se cuestiona la fidelidad. Se aceptan promesas de dejar e jugar. Se intenta ayudar a resolver el problema, esta consiste en facilitarle recursos económicos, o medios para resolver los problemas financieros.  Sin embargo se descubre que se es incapaz de controlar el juego y los sentimientos de frustración de la familia empiezan a incrementarse. No puede hacer frente a las facturas, carecer de fondos. En ocasiones se suele encubrir al jugador/a y mentir para ocultar su problema. Esto suele llevar al familiar a un aislamiento social, de amigos y familiares para evitar que el problemas se conozca. Se producen continuas discusiones altos niveles de ansiedad, y cambios en el estado de ánimos.

Fase de Agotamiento: Ya no hay una alternativa de solución adecuada. La desesperación de la familia la lleva a refugiarse en comportamientos inadecuados (fumar tabaco, depresión, ansiedad), a desahogarse con los hijos, o incluso a la separación. Se siente angustiada y confusa, resentida y agotada tanto física como mentalmente. Empieza a pedir ayuda a personas cercanas, y recibe consejos con buenas intenciones, pero que no resultan eficaces para el problema. Son frecuentes los sentimientos de culpa, ira, depresión, resentimiento facilitados por el aislamiento afectivo y social.
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